La actriz entra en escena cantando una canción en contra de la guerra. Luego nos empieza a contar un mito Kogi sobre la creación, en el que nuestros ancestros nos dicen que en el principio solo estaba la Madre y nos revelan cómo sus hijos despues de muchas luchas luchas terminan volviendo a ella, que es principio y fín. Con este mito, la actriz entrelaza los cuatro personajes: Dora Margarita, la exguerrillera; Chave de las autodefensas; Juana Sánchez, la desplazada madre de tres niñas; Margot, esposa de almirante y madre de tres guerrilleros.

Los personajes van apareciendo en ese orden, siempre frente al público, a través de pequeños cambios de vestuario y elementos esenciales que las caracterizan, y nos cuentan sus historias con la palabra y el canto.

Margarita, paisa nacida en la pobreza y cuyo recuerdo más grabado en la memoria es el hambre, a quien un padre Franciscano la convence de unirse al ELN, pasa luego al M-19 y finalmenta abandona desilucionada de la guerrilla para dedicarse a cuidar a su mamá, y quien encuentra en la metafísica una manera de entender la vida.

La Chave resume el conflicto Colombiano : ella era una antigua simpatizante de la guerrilla, quien tuvo una relación amorosa con  un Dirigente del Ejército de Liberación Nacional asesinando despues por la misma organización. Cansada de los abusos que la guerrilla cometia con la población campesina de Córdoba, su tierra natal, participó en la formación de las Autodefensas Unidas de Colombia y dirigió el área social de ese movimiento. Estuvo presa en la cárcel El Buen Pastor.

Juana, nacida en el campo, ha sufrido el desplazamiento por la violencia toda su vida, desde que su papá le tocó dejar su hermosa finca cerca del río Magdalena por la llegada de la guerrilla, organización que de nuevo la forzó a abandonar la finca hecha a puslo con su primer esposo; y a quien luego las arremetidas paramilitares la obligaron un buen día, a salir corriendo con su segundo marido y sus niñas a rebuscarse la vida en la ciudad, donde después de mucho sufrir logra un ranchito para su familia que poco mitiga la tristeza de la perdida de su tierrita.

Margot, nacida en el ceno de una hermosa familia, hija de coronel, esposa de almirante, quien tuvo tres hijos guerrilleros y crió a tres de sus nietos, por sobre todo madre amorosa y católica practicante,  quien ha vivido la muerte violenta de dos de sus hijos y un atentado a otro de ellos. Despues de encarnar los cuatro personajes, la actriz nos cuenta un episodio de su propia historia, concluye el mito Kogi, y para finalizar la obra canta una invocación – homenaje a Yemayá, diosa del mar y de la mujer.

SOBRE EL LIBRO

Las Mujeres en la guerra es la colección de verdades distintas y subjetivas que, al entrecruzarse, disparan el conflicto .
Pero este libro no muestra las verdades de los hombres, que son los que hacenla guerra, sino la verdad de quienes la sufren: las mujeres y los niños. Las mujeres no estamos hechas para la guerra . No nos sentimos cómodas en ella. Ni siquiera se sienten así las guerreras que hablan aquí. A ninguna le gustan las armas. La guerra nos la están imponiendo los hombres con su ambición de poder, su necesidad de sentirse ricos y fuertes y de afirmarse como machos.

Pero ¿a dónde, señores, nos están llevando sus razones para justificar la guerra? Al triunfo de su barbarie sobre la vida, encamada en las mujeres, los niños y la tierra, ustedes creen que conquistan los pueblos con su poder y sus armas porque ellos les hacen creer que si los aceptan. No, señores, los aceptan a la fuerza. Pero la fuerza no conquista . Ella, al igual que una violación, doblega y sustituye el afecto y la familia. Sepan, señores de las armas, que no los queremos»
Como testimonio de su torpeza infinita está el que su principal preocupación sea defender su pedacito de poder o su porción de tierra. Pero, al paso que van, tengan la certeza de que ninguno de ustedes va a ganar la guerra y, en cambio, muy pronto termnarán de arrasar la fuente de la vida.

Al ver en San Vicente del Caguán los rostros de las mujeres de las Farc, armadas pero con miradas de niñas, y los dolores de madres compungidas por la ausencia de sus hijos, surgió la idea de hacer Las Mujeres en la Guerra.  Los relatos retratan no solamente a las protagonistas de este libro, sino también a los hombres que hacen la guerra, con sus entrañas ensangrentadas y egoístas, sus ansias de poder y su machismo. Los hombres de las armas no son conscientes del dolor tan enorme que ellos causan. Justamente lo que pretende el libro es hacerlos conscientes de ese dolor infinito, e implorarles a las mujeres que se unan de verdad contra la guerra.

Señores de las armas : no hay razón que justifique tanto dolor… ¿No les
parece suficiente el que hemos vivido? Paremos todos la guerra a cualquier precio. Miren sus frutos : véanlos retratados en el corazón de este libro. Y… acuérdense: ustedes también fueron niños

Patricia Lara